El Boletín Antropológico surge en un contexto de precariedad presupuestaria de la Universidad de Los Andes, su primer número se encontraba listo para su publicación desde el año de 1982; sin embargo debido a la crisis no vio luz pública ese año y fue gracias a la insistencia de Jacqueline Clarac de Briceño que se logró su financiamiento por parte del CDCH de la ULA para su impresión en el año de 1983. Así que nuestra revista surgió en medio de una crisis presupuestaria y en medio de contextos históricos adversos para el financiamiento de los proyectos de investigación en las ciencias sociales en nuestro país que se pueden rastrear en estos 38 años de existencia de nuestra revista y que pese a las adversidades no hemos dejado de circular.
Nuestro número 100 llega en este año 2020, que será recordado en la historia como el año de la pandemia asociada con el SARS-CoV-2, COVID-19, que en el caso particular venezolano adquiere una singularidad debido a la profunda crisis económica, política y social que nos golpea sin piedad. La economía venezolana ha colapsado por múltiples causas, entre ellas, la fundamental, la política que se encuentra en mano de unos funcionarios que han demostrado su incapacidad para colocar a nuestro país en las sendas de la prosperidad económica y social.
Las carencias económicas se visibilizan por doquier. La financiación de la educación básica y universitaria, la ciencia y la tecnología, la cultura, la salud, es cero, solo se pagan salarios cero, defesados de la realidad que vivimos día a día y que distan mucho de lo que establece la Constitución de la República en lo relativo a los derechos sociales, los derechos de las familias y los derechos culturales y educativos de los venezolanos y las venezolanas. Tal realidad explica la diáspora de miles y miles de conciudadanos, que según cifras de la ACNUR ronda, solo para los países sudamericanos, por el orden 5.4 millones.
La magnitud de la crisis que se vive nos ha llevado a poner en marcha en nuestra institución, el Museo Arqueológico, la creatividad para evitar el cierre del Boletín, la época de las subvenciones a las revistas científicas por los organismos de financiación de la ciencia en Venezuela ya no existe. Hemos puesto en práctica un conjunto de medidas que buscan la sostenibilidad en el tiempo de nuestro Boletín Antropológico, entre ellas, la incorporación de colegas pertenecientes a otras universidades del mundo en los diversos órganos de la revista: Comité Editorial, Consejo de Asesores y Comité de Árbitros. También nos hemos propuesto ahorrar al máximo los pocos recursos económicos con que contamos, para ello, el diseño de los números de la revista lo hacemos hoy en el Museo Arqueológico, para garantizar en esta época de turbulencia la periodicidad de nuestra revista.
Hoy publicamos el número 100, mañana esperamos seguir colocando en las manos de nuestros lectores y lectoras nuevos números que sigan acrecentando la historia de este proyecto editorial que inició la profesora Jacqueline Clarac de Briceño, Jorge Armand, Adrián Lucena Goyo y Alex Lhermillier en aquel año de 1982.